lunes, 3 de mayo de 2010

SB1070

"La libertad no se implora de rodillas, se conquista en los campos de batalla" (Eloy Alfaro, Liberal Ecuatoriano)

No, no es el nombre de un nuevo virus. SB1070 es el nombre de la ley aprobada por el Estado de Arizona que afecta gravemente la vida de nuestros paisanos residentes en aquella entidad de los Estados Unidos de América.
SB1070 es el acrónimo en inglés de la State Bill 1070 (Ley Estatal 1070), sancionada por la legislatura local, proclamada como ley por la gobernadora republicana Jan Brewer el pasado 23 de abril y que entrará en efecto (si no sucede otra cosa) el próximo 28 de julio del 2010, esto es, 90 días después de su aprobación.
El falso debate sobre la migración no es nuevo en los Estados Unidos, es más, podemos decir que es uno de los temas recurrentes en la vida política de aquella nación. Es imposible comprender el crecimiento y desarrollo de los Estados Unidos sin los inmigrantes que desde todo el mundo han llegado a la Tierra de las Oportunidades a dejar su esfuerzo, su talento y muchas veces su sangre en favor de una nación que no es la que los vio nacer.
Estados Unidos es una nación construida por ingleses, holandeses, irlandeses, polacos, italianos, asiáticos de distinto origen y desde luego, mexicanos y latinoamericanos de distintos orígenes. A lo largo de la historia, en las naciones receptoras de migrantes se genera xenofobia y se escoge a los extraños, a los alienígenas, como los receptores de la ira y el origen y causa de todos los problemas domésticos. Lo mismo ocurre en España contra los sudacas y moros, en Francia contra los pied-noirs, en Italia contra los libios y así hasta el cansancio.
Es siempre la Colonia contra los sin papeles, contra los ilegales, contra los clandestinos, contra los diferentes, los sucios, los otros…
Pero el caso de los mexicanos en los Estados Unidos es particular y distinto a todos los que existen en el mundo. Al día de hoy, los “hispanos” (eufemismo utilizado para denominar a los latinoamericanos) que viven en los Estados Unidos suman 47.8 millones y representan el 15.5% de la población. Pero las proyecciones indican que para el año 2050 dicha población sea de 102.6 millones lo que significará el 24.4% de la población total de los Estados Unidos. (Fuente: U.S. Census Bureau, 1970, 1980, 1990, and 2000 Decennial Censuses; Population Projections, July 1, 2010 to July 1, 2050). En otras palabras, los “hispanos” son ya la mayor minoría en los EUA muy por encima de los afroamericanos, asiáticos y demás grupos raciales. Sin embargo esta mayoría silenciosa no se ha dejado sentir y por lo tanto no se le respeta y se le sigue atropellando.
A pesar de su tamaño, los hispanos no pesan en la política del país vecino como sí lo hacen otras “minorías” que cuentan con congresistas, senadores, alcaldes, gobernadores y a partir de la llegada de Obama al poder, incluso con el Presidente de los Estados Unidos. Los mexicanos en los Estados Unidos necesitan organizarse y luchar unidos para hacer valer su peso en votos.
Paradójicamente, quizás la ley racista de Arizona pueda servir como pretexto para de una vez y para siempre articular una gran frente nacional mexicano que grite ¡Ya basta! Los mexicanos en los Estados Unidos deben de presionar en la calle para que los escuchen en Washington y en todos los centros de poder de los Estados Unidos. Es el momento. Si las impresionantes movilizaciones de hace unos años al grito de ¡Si se puede! Pusieron a temblar al establishment, es hora de que el paso se redoble y esta vez si se consiga de una buena vez la tan anhelada Reforma Migratoria que prometiera Barack Obama en campaña.
Los mexicanos en Estados Unidos tienen que entender que nadie va a conseguir por ellos lo que ellos no consigan en combate. Porque los boicots y demás acciones de resonancia mediática tendrán poco efecto en la opinión publica estadounidense. Los mexicanos necesitan organizar fuertes movilizaciones sociales que paralicen y hagan temblar al corazón mismo de los Estados Unidos. Ellos son el gigante dormido. Ha sonado la hora de despertarlo y de exigir, que no pedir, que se les respete que se les tome en cuenta y que sean autoridad ahí donde son mayoría. Ha llegado la hora de conquistar luchando lo que nunca les darán implorando.

No hay comentarios: