lunes, 30 de noviembre de 2009

El Narco: La Guerra Fallida

Interesante y muy recomendable la lectura del opúsculo escrito a cuatro manos por Jorge G. Castañeda y Rubén Aguilar Valenzuela sobre la guerra en la que se involucró (y nos involucró) el presidente Calderón desde el inicio de su sexenio que precisamente el día de hoy cumple tres años.

El Narco: La Guerra Fallida, México, 2009, Punto de Lectura es un ensayo que refuta los principales argumentos de la cruzada emprendida con fervor religioso por Calderón. Con datos duros y fuentes confiables y públicas, queda demostrado que cada una de las hipótesis planteadas por el gobierno federal para emprender una guerra –sin estrategia, sin plan de entrada ni de salida–, son falsas y responden más bien a un objetivo que nada tiene que ver con los oficiales: emprender la guerra al narco para ganar en las calles la legitimidad que las urnas dejaron en entredicho: …la razón primordial de la declaración de guerra del 11 de diciembre de 2006 fue política: lograr la legitimación supuestamente perdida en las urnas y los plantones, a través de la guerra en los plantíos…

El primer argumento que se derrumba es el del consumo de las drogas por parte de los niños de México. Para que las drogas no lleguen a tus hijos, reza la propaganda oficial. Sin embargo con datos de la Encuesta Nacional de Adicciones de la Secretaría de Salud y del Consejo Nacional contra las Adicciones (Conadic), el consumo de drogas en México permanece estable e incluso es menor que muchos países del mundo incluidos los latinoamericanos. La prevalencia (consumo de alguna droga por lo menos una vez durante el último año) mundial promedio es del 4.2 por ciento mientras que en México es del 1.3 por ciento todo ellos con datos de la Organización Mundial de la Salud, dependiente de la Organización de las Naciones Unidas. Es por lo tanto falso que la guerra se emprenda para evitar el consumo y la venta de estupefacientes a los niños.

El segundo argumento, el de la violencia, también se desploma con datos del propio gobierno. De acuerdo con los datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) y el Consejo Nacional de Población (Conapo) el numero de homicidios totales en 1998 fue de 33 mil 943 mientras que en el 2007 fue de 25 mil 129 esto es, una tendencia decreciente y una caída de casi 20% en nueve años. Lo que seguramente ha cambiado es la percepción de la violencia que tiene la población, generada acaso por los secuestros (que también han descendido) y por las terribles técnicas empleadas ahora por el crimen organizado (decapitaciones, mutilaciones y ejecuciones espectaculares). Aunque los números absolutos son menores, la población percibe que hay más y no menos violencia.

El tercer argumento, el de la razón de Estado y recuperar a éste de las garras de la corrupción e infiltración del narco en el gobierno es impreciso: son añejas en el país las historias de gobernantes y autoridades metidas a agentes o empleados del narco. Baste recordar los casos paradigmáticos de Toledo Corro, de Arévalo Gardóqui, del General Gutiérrez Rebollo y del chueco Mario Villanueva, ex gobernador de Quintana Roo. Si bajamos el caso a nivel estatal o municipal, es un hecho que a lo largo y ancho del territorio nacional, encontraremos miles de casos de connivencia plena con el narco. Por lo tanto el argumento de que se están infiltrando los narcos es absurdo porque como dirían en mi pueblo, eso es desde endenantes.

Otro argumento es la venta y tráfico de armas que nos hacen los estadounidenses. Una vez más las mentiras oficiales: si bien es cierto que los gringos son importantes fabricantes y vendedores de armas, ni son los únicos, ni son los mayores. Para sorpresa de los lectores, nos enteramos que el mayor trafico de armas en el hemisferio no se da en la frontera de México con los Estados Unidos sino en lo que se conoce como la Triple Frontera que une Brasil (Foz de Iguazú), Argentina (Puerto Iguazú) y Paraguay (Ciudad del Este). Los mayores productores y traficantes de armas mundiales son los Rusos y los Chinos que llenan el mundo con AK-47 entre otras simpáticos juguetitos (granadas, misiles, armas cortas). Por lo tanto si los gringos sellan o no sellan su frontera no cambiará el suministro de armas para todo aquel que pueda y quiera adquirirlas.

El último argumento, el de que mientras haya consumo del lado gringo habrá trafico del lado mexicano es cierto pero sólo parcialmente. El mercado de las drogas de los Estados Unidos es tan grande que si no lo atacaran los mexicanos lo harían directamente los Colombianos, Venezolanos o caribeños. Sin embargo son los propios gringos los que están flexibilizando su política antidrogas a la luz de los desastrosos resultados de la implementada hasta ahora. En la unión americana, ya son 15 estados en los que se ha “legalizado” el uso médico de la mariguana: Alaska, Arizona, California, Colorado, Hawaii, Maine, Maryland, Michigan, Montana, Nevada, Nuevo Mexico, Oregon, Rodhe Island, Vermont y Washington. El nuevo zhar anti drogas ha dicho que hay que enfocar la “guerra” hacia el consumo y los daños de este en la sociedad y no en la lucha contra las sustancias en si mismas.

Es mucho lo que se tiene que hacer en materia de abuso de sustancias prohibidas y legales. Pero nadie puede tener la duda de que el problema que se genera por la ilegalidad supera por mucho los beneficios de la lucha por erradicarlas. El tema de la dependencia es un asunto de salud pública y como tal debe ser tratado. Hacerlo a partir de un enfoque de seguridad nacional es falso y es erróneo y los resultados están a la vista: una guerra absurda sin estrategia general, sin definición de la victoria, sin plan de salida y sin resultados tangibles, hecha y diseñada para legitimar al régimen y no para evitar que las drogas lleguen a tus hijos.

lunes, 23 de noviembre de 2009

El plan

El movimiento por la democracia, requiere un plan de desarrollo incluyente, integral y sustentable. Un texto fruto del talento colectivo de la sociedad y de los actores políticos, económicos y sociales; de los trabajadores de la ciudad y del campo, manuales e intelectuales; de una guía para la acción que oriente los esfuerzos convergentes de los surianos.

Para realizar una campaña unitaria y triunfadora, emprendamos ahora y ya, un trabajo intenso para que las fuerzas democráticas elaboren, por consenso, el Plan que será sometido al escrutinio ciudadano. Hoy estamos en el tiempo oportuno y preciso de cubrir esta fase de la agenda política del estado. En este sentido, e independientemente de la decisión sobre la persona que portará la bandera de nuestro movimiento, participaremos unitariamente.

Una propuesta de Plan Estatal de Desarrollo es el documento clave para fortalecer y reconstruir la unidad, primero la interna del propio PRD; de éste con sus aliados y en torno suyo, de una muy amplia convergencia de las fuerzas democráticas. Un Plan colectivamente elaborado y convenido puede dar pie a un pacto entre los aspirantes para realizar una campaña unitaria, en torno de ideas y propuestas. Con ello evitaríamos la confrontación entre personalidades y el movimiento saldría altamente fortalecido del proceso democrático de nominación de candidato; tanto mediante una selección primaria abierta, por elección interna, por consenso, por encuesta o por una combinación de métodos. Hoy se trata de encontrar la propuesta unificadora en torno de la cual, los aspirantes internos y externos, sellen un pacto de unidad y apoyo mutuo; de emulación meritoria.

Guerrero requiere, por sobre todas las cosas, de una visión social; de una cultura de desarrollo; de un diagnóstico crudo, claro y preciso, de metas y objetivos que orienten el rumbo de las luchas; desencadenen el optimismo, iluminen la acción y los actos de gobierno. Ganaremos, si unidos somos capaces de someter a la sociedad una idea de gobierno alternativo, reformador, innovador.

Para ganar las elecciones son necesarios: un proyecto de Plan Estatal de Desarrollo, como núcleo de una amplia convergencia democrática de fuerzas, una idea clara de la selección pública y consensuada del gabinete y de los métodos de gobierno, así como un magnífico candidato y un cuidadoso plan de ingeniería político electoral.

Desde mi perspectiva personal, existen condiciones para integrar una coalición abriendo las puertas a las fuerzas sociales y políticas, a los partidos con registro o sin él, diferentes al PRI; específicamente a Convergencia, al PT, al PAN al PANAL al PVEM y a las personalidades de la sociedad civil. La unidad nos hará libres.

Debemos estar listos para una campaña que tendrá en la guerra sucia, en el corporativismo, en el derroche y en el uso faccioso de los recursos, algunos de sus ejes principales. De aproximarse a la realidad esta hipótesis, las fuerzas democráticas deben seleccionar una candidatura capaz de sobreponerse a la provocación, de no caer en el juego de la violencia, de enfrentarla con firmeza e inteligencia; de derrotarlos sin guerra política.

Las elecciones no han ocurrido. La esencia de la democracia es la incertidumbre. En las elecciones se gana o se pierde. Hoy el ciudadano dejó de ser cliente con la asunción plena de su soberanía individual. Los votos cautivos son cada día menos. Las lecciones del sureste son inevitables.

El triunfalismo ciego es pesadilla con doloroso despertar. Requerimos ampliar el abanico de fuerzas y atraer a nuevos y diversos sectores. Los avances del PRD y del movimiento democrático están vinculados con su apertura a la sociedad, con el respecto a la militancia, a la unidad de acción y de convicciones. La apertura indiscriminada divide.

Una campaña para ganar, requiere mostrar las diferencias desde la campaña amplia, intensa, bella, muy bien planeada; políticamente pura y limpia, en torno a una propuesta de Plan.

Es tiempo de la política. Es tiempo de dialogar, de consultar, de platicar, de debatir. Es tiempo de poner por delante el interés de Guerrero y no de las tribus, los partidos y los grupo.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Rechiflas

Pasar la prueba de la Plaza Pública no es fácil. En la vida reciente de México se recuerdan históricos abucheos como el que recibiera Gustavo Díaz Ordaz el 12 de octubre de 1968 en la inauguración de los Juegos Olímpicos y el de Miguel de la Madrid en la inauguración de la Copa del Mundo de México en 1986. El pasado miércoles, Felipe Calderón recibió su dosis de repudio popular sin el tamiz de las encuestas o de las televisoras. Lo más significativo es que el abucheo ocurrió en Torreón, Coahuila, una región donde el PRI y el PAN tienen mayoría y donde el PRD apenas pinta (en el pasado proceso electoral local de octubre, el PAN obtuvo 86,131 votos, el PRI 132,552 y el PRD tan sólo 2,640).

Por lo tanto, el repudio generalizado al presidente (que las televisoras intentaron censurar y los diarios nacionales comentaron marginalmente) en territorio priista que hasta hace tres años fue panista, no puede ser atribuido a los seguidores de Andrés Manuel López Obrador o la izquierda. Tampoco es una región donde haya presencia del SME o de otro grupo enfrentado directamente al gobierno.

La realidad es que el presidente fue abucheado por un estadio en su conjunto. Algunos atribuyen esto a la situación nacional, otros al exceso de alcohol e incluso algunos a la falta de éste ya que por disposición del Estado Mayor Presidencial la venta de cerveza fue restringida en una plaza donde tradicionalmente se consume en grandes cantidades.

Haiga sido como haiga sido, el hecho concreto es que Calderón no pasó la prueba de la plaza pública. Gobernar siempre tiene un costo en la popularidad de los políticos. En fechas recientes hemos atestiguado la estrepitosa caída en los niveles de popularidad del presidente Barack Obama de los Estados Unidos quien de acuerdo a la empresa Gallup arrancó su gobierno con un índice de aprobación del 69% contra el 13% que desaprobaba la manera de gobernar. En el conteo más reciente del 13 de noviembre, esto es, a poco mas de 9 meses de haber asumido el cargo, los números han cambiado y sólo el 53% aprueba la gestión del presidente contra 38% que la desaprueba.

Es verdad que los gobernantes no deberían de tomar sus decisiones en función de la popularidad de éstas. Pero también es una realidad que las encuestas (a boca jarro o con método; en el estadio o telefónicas) reflejan estados de animo de la población y que no se puede gobernar de espaldas al pueblo con el argumento falaz de “estar haciendo lo correcto”. La clave de un buen gobierno es modular la toma de decisiones amargas y mezclarlas con acciones de gobierno y políticas públicas que ayuden a los ciudadanos a tener una vida mejor. Si todo se convierte en sacrificio constante de un lado sin recompensas, la sociedad se crispa y termina por reventar.

Lo difícil es medir como en la suerte de varas de la tauromaquia, la cantidad de castigo que se le infiere al toro. Los pueblos son nobles y saben aguantar el castigo pero siempre que el líder sea quien predique con el ejemplo. No se le puede exigir continuamente a los más desprotegidos que sean precisamente ellos los que hagan los sacrificios en beneficio de los privilegiados a los que únicamente les toca recibir. Una vez más: el sistema pretende que cuando haya ganancias éstas sean privadas pero en caso de perdidas se conviertan en públicas.

Mucha de la ira popular viene del bombardeo sistemático al que nos someten gobiernos de diferentes divisas que anuncian con bombo y platillo sus faraónicos informes de gobierno. La rendición de cuentas es parte fundamental del desarrollo democrático de cualquier democracia. Sin embargo lo que atestiguamos en éstos días no se asemeja a la rendición de cuentas sino a la vil promoción política con fines electoreros, utilizando para ello los recursos públicos que deberían de ser empleados en obra pública, salud e infraestructura y no en engordar las fortunas de los concesionarios de la radio y la televisión.

Siendo el mexicano un sistema paraguas donde lo que hace la cabeza lo replican los de abajo, hoy “informan”, además del Presidente de la República, los gobernadores –modernos señores feudales¬– de cada una de las 32 entidades federativas, los alcaldes de cada uno de los 2438 municipios de México –y los 16 jefes delegacionales del DF¬–, los legisladores federales –128 senadores y 500 diputados– los locales –46 en el caso de Guerrero¬– e incluso los regidores.

Los informes no son, desafortunadamente, ejercicios de rendición de cuentas, sino plataformas construidas con dinero público para la promoción personal de los políticos que siempre están pensando en el siguiente escalón de sus carreras políticas.

Cuando Fuenteovejuna abuchea al Comendador, es momento de preocuparse. La popularidad no la dan las encuestas a modo y la evaluación de los gobiernos no se da en eventos preparados a modo con aplaudidores acarreados para el efecto. La rendición de cuentas, la transparencia y el uso eficaz y republicano de los recursos públicos se encuentran irremediablemente unidos en las democracias modernas. No es lo mismo informar que aprovechar los aniversarios para autodestaparse.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Guardias Blancas, Pantomimas, Vacíos y Futuros

En San Pedro Garza-García, Nuevo León, el polémico alcalde y excéntrico millonario Mauricio Fernández, ha anunciado una guerra en contra de la delincuencia y veladamente informa de la creación de “cuerpos de limpieza” que es una bonita y eufemística manera de llamarle a las Guardias Blancas y paramilitares. El gobierno de la República debe de emprender acciones inmediatas. La vía de la autodefensa no tiene regreso. En todos los casos en los en que a algún genio se le ha ocurrido semejante locura, los resultados han sido desastrosos: Colombia, Nicaragua, El Salvador, etc. La historia se repite. Se crean estos cuerpos ilegales para poder eludir por la vía de la fuerza a la inoperante y elefantiásica vía legal. En un principio parece que hay resultados positivos pero invariablemente los cuerpos creados para un fin, acaban por cobrar independencia y morder la mano que los alimentó.

Más allá de consideraciones morales o históricas, lo que está haciendo el alcalde del municipio más rico de México es violentar la ley cosa especialmente grave cuando el que lo hace es el encargado de velar por su cumplimiento. Los escuadrones de la muerte deben de ser rechazados con contundencia y el alcalde encauzado por perjurio.

El jueves pasado el senado eligió por votación calificada (dos terceras partes de los senadores presentes) a Raúl Plascencia Villanueva como nuevo presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Aunque la elección de Plascencia, a la sazón Primer Visitador de la Comisión, fue duramente cuestionada porque pareciera confirmar la continuidad del proyecto de José Luis Soberanes, Ombusdman saliente. En realidad la elección fue legítima de acuerdo a las reglas del senado. La izquierda no puede estar cuestionando constantemente las formas cuando las mayorías no nos favorecen. En todo caso, los senadores que se oponían al acuerdo previamente planchado, debieron de denunciar éste y hacer el vacío al PRI y al PAN para exhibirlos públicamente. La elección de Plascencia y todo el proceso en su conjunto fue una pantomima legitimada por el PRD, el PT y Convergencia. La CNDH se suma a la lista de Instituciones “autónomas” del Estado Mexicano –IFE, IFAI, COFETEL¬– que lejos de ciudadanizarse cada día se partidizan más. El poder omnímodo que antes ostentaba el Presidente de la República, ahora se balcaniza entre las distintas tribus políticas de la nación.

Se cumplió un año del accidente que terminara con la vida de Juan Camilo Mouriño, José Luis Vasconcelos y otras personas ocultas en el anonimato (unos en el avión y otros tantos en tierra). Mouriño era la pieza clave en el esquema de Calderón. Era un funcionario eficaz que suplía sus carencias intelectuales con el tesón y la perseverancia. En palabras de Calderón “…era un estratega, no sólo político, pero era un estratega en general perspicaz, perseverante y empeñado en conseguir su presa. La verdad es que cuánta falta nos ha hecho.” A partir de la muerte de Mouriño, el gobierno de Calderón parece viajar sin brújula en la mar de las coyunturas. Es evidente la descoordinación del gabinete así como del PAN y notablemente de Los Pinos. El Presidente hace –un día sí y un día no–, declaraciones que abren nuevos, estériles e innecesarios frentes. Aunque el hueco dejado por Mouriño en el equipo cercano de Calderón sea difícil de llenar, es necesario, un asunto de Estado, que el gobierno federal retome el rumbo y deje de dar tumbos que ponen en riesgo la paz social.

En Chile ocurre un fenómeno político interesante. Un diputado Socialista de apenas 36 años, Marco Enríquez-Ominami está a punto de dar la campanada en la carrera por la Presidencia de la República. Enríquez-Ominami fue prácticamente expulsado de su partido al no permitírsele competir en las primarias y decidió lanzar una candidatura independiente que todos los sondeos colocan ya a la par del candidato de la Coalición, el ex presidente Eduardo Frei. En la nación andina se cumplen ya 19 años de la Coalición de Socialistas y Demócrata-Cristianos que se ha mantenido en el poder con Patricio Alwyn (DC), Eduardo Frei (DC), Ricardo Lagos (PS) y Michelle Bachellet (PS).

La legislación chilena dice que si ninguno de los candidatos alcanza el 50% de los votos en los comicios del próximo 13 de diciembre, se tendrá que realizar una segunda vuelta a la que pasarían los dos primeros lugares. Todos los sondeos sitúan ya Enríquez-Ominami empatado con Frei pero con la tendencia a su favor. Marco es hijo del líder del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) Miguel Enríquez, que murió combatiendo a los agentes de la dictadura en 1974. El pequeño fue adoptado por Carlos Ominami, compañero de partido de Miguel y creció en el exilio en París. De ahí el apellido combinado como un homenaje a su padre biológico y a su padre legítimo.

Posdata: Dice la sabiduría popular (que por algo es sabiduría y es popular) que no por mucho madrugar amanece más temprano. Se dice que en antes de la Guerra de Intervención que llevó al trono de México al espurio Maximiliano de Hasburgo, los imperios europeos se cuestionaban su participación o no en dicha empresa: España quería pero no podía; Inglaterra podía pero no quería y Francia quería y podía. La calentura política inunda el Estado de Guerrero. Dentro del grupo de los destapados prematuros, no están todos los que son ni son todos los que están. Mucha suerte a los que han arrancado la carrera. Lástima que no sepan dónde ni cuándo es la meta. No es suficiente decir quiero. Es necesario el puedo.

martes, 3 de noviembre de 2009

Falsa Ruptura y Falsa Unidad

Mucho se ha hablado de la supuesta “unidad” priista en contra posición a una supuesta división al interior del PRD. Esta impresión es más bien un asunto de percepción mediática que una realidad política. Ni la división del PRD es real ni la supuesta “unidad” del PRI es tan cierta. Esto lo constataremos con el tiempo.

Para explicar el problema de percepción habremos de aclarar algunas cosas. El PRI es una suerte de confederación de intereses. Por eso no tienen ningún problema en unirse y llegar a acuerdos una y otra vez porque lo que los une no es un ideal o una causa sino una ambición personal o de grupo. Hoy el PRI vive unido ante la expectativa de volver a Los Pinos en el 2012. Los priistas no están unidos porque tengan un proyecto de nación común, están amalgamados porque creen que si se apuntan temprano podrán reclamar recompensas en caso de ganar el premio mayor.

En cambio, el PRD es una especie de masa amorfa donde convergen mujeres y hombres libres e independientes que difícilmente llegan a ponerse de acuerdo en los medios para alcanzar los mismos fines. En el PRD la democracia es absoluta y la disciplina inexistente. Así, cualquier militante declara lo que en su opinión es lo correcto sin ninguna idea de estrategia común. En el caso de Guerrero, este problema alcanza tintes de tragicomedia porque el PRD es la casa donde se reúnen e intentan coexistir en armonía una amplia variedad de representantes de las más distintas partes del espectro político. Así, tenemos desde los militantes provenientes de los grupos de la izquierda más radical, hasta priistas advenedizos que vieron en el crecimiento del sol azteca la oportunidad de permanecer en el poder cambiando de camiseta.

Pero a pesar de las bondades de la libertad absoluta de opinión, la lucha política debe de plantearse como cualquier otra guerra, esto es, con estrategia, con mandos claros y con disciplina jerárquica. De lo contrario, los esfuerzos se dispersan y acaban por diluirse. En la medida en que se acercan los tiempos electorales, los diversos actores políticos deben intentar medir sus palabras para intentar colaborar con su partido en lugar de meterle ruido al mensaje de éste.

Es importante que los militantes del PRD dejen de escuchar las voces que intentan dividirnos. Hay que responder una pregunta mus sencilla para identificar el origen de la interferencia en la comunicación política: ¿A quién le beneficia que el PRD aparezca como un partido dividido y conflictivo? ¿Quién gana amarrando navajas? ¿Quién o quiénes necesitan que el PRD se divida? Respondiendo estas sencillas preguntas se encontrará la mano que mece la cuna. Los enemigos del PRD y del movimiento social hecho partido, saben perfectamente que a un partido unido y aliado con la sociedad difícilmente podrán ganarle a pesar de los mares de dinero que gastarán en publicidad para intentar vender como corderos a los lobos de siempre.

La unión del PRI acabará en cuanto inicien los repartos de candidaturas y la mayoría quede fuera. La supuesta división del PRD, por el contrario, terminará en cuanto el movimiento social se articule alrededor de una candidata o candidato ganador, aliado con Convergencia, el Partido del Trabajo, Acción Nacional, Nueva Alianza y principalmente, la sociedad civil sin partido y sin dueño.

Aquellos que se relamen las fauces, pensando que regresar al poder será cosa de coser y cantar, se equivocan y pagarán su soberbia en las urnas. Los grupos caciquiles históricos que detentan el poder necesitan dividir al movimiento para tener alguna opción de victoria. En consecuencia, todos aquellos que caigan en la trampa de dividir y confrontar estarán colaborando con ellos. Serán instrumentos de la amenaza regresionista.

No hay formulas mágicas. El PRD necesita unidad, disciplina, sacrificio personal y visión de futuro. El PRI se dividirá inexorablemente, la tarea no es esa. La tarea es hacia adentro porque cuando el movimiento social hecho partido está motivado y aglutinado no hay cacique ni tirano que lo pueda detener. Al tiempo.