lunes, 23 de noviembre de 2009

El plan

El movimiento por la democracia, requiere un plan de desarrollo incluyente, integral y sustentable. Un texto fruto del talento colectivo de la sociedad y de los actores políticos, económicos y sociales; de los trabajadores de la ciudad y del campo, manuales e intelectuales; de una guía para la acción que oriente los esfuerzos convergentes de los surianos.

Para realizar una campaña unitaria y triunfadora, emprendamos ahora y ya, un trabajo intenso para que las fuerzas democráticas elaboren, por consenso, el Plan que será sometido al escrutinio ciudadano. Hoy estamos en el tiempo oportuno y preciso de cubrir esta fase de la agenda política del estado. En este sentido, e independientemente de la decisión sobre la persona que portará la bandera de nuestro movimiento, participaremos unitariamente.

Una propuesta de Plan Estatal de Desarrollo es el documento clave para fortalecer y reconstruir la unidad, primero la interna del propio PRD; de éste con sus aliados y en torno suyo, de una muy amplia convergencia de las fuerzas democráticas. Un Plan colectivamente elaborado y convenido puede dar pie a un pacto entre los aspirantes para realizar una campaña unitaria, en torno de ideas y propuestas. Con ello evitaríamos la confrontación entre personalidades y el movimiento saldría altamente fortalecido del proceso democrático de nominación de candidato; tanto mediante una selección primaria abierta, por elección interna, por consenso, por encuesta o por una combinación de métodos. Hoy se trata de encontrar la propuesta unificadora en torno de la cual, los aspirantes internos y externos, sellen un pacto de unidad y apoyo mutuo; de emulación meritoria.

Guerrero requiere, por sobre todas las cosas, de una visión social; de una cultura de desarrollo; de un diagnóstico crudo, claro y preciso, de metas y objetivos que orienten el rumbo de las luchas; desencadenen el optimismo, iluminen la acción y los actos de gobierno. Ganaremos, si unidos somos capaces de someter a la sociedad una idea de gobierno alternativo, reformador, innovador.

Para ganar las elecciones son necesarios: un proyecto de Plan Estatal de Desarrollo, como núcleo de una amplia convergencia democrática de fuerzas, una idea clara de la selección pública y consensuada del gabinete y de los métodos de gobierno, así como un magnífico candidato y un cuidadoso plan de ingeniería político electoral.

Desde mi perspectiva personal, existen condiciones para integrar una coalición abriendo las puertas a las fuerzas sociales y políticas, a los partidos con registro o sin él, diferentes al PRI; específicamente a Convergencia, al PT, al PAN al PANAL al PVEM y a las personalidades de la sociedad civil. La unidad nos hará libres.

Debemos estar listos para una campaña que tendrá en la guerra sucia, en el corporativismo, en el derroche y en el uso faccioso de los recursos, algunos de sus ejes principales. De aproximarse a la realidad esta hipótesis, las fuerzas democráticas deben seleccionar una candidatura capaz de sobreponerse a la provocación, de no caer en el juego de la violencia, de enfrentarla con firmeza e inteligencia; de derrotarlos sin guerra política.

Las elecciones no han ocurrido. La esencia de la democracia es la incertidumbre. En las elecciones se gana o se pierde. Hoy el ciudadano dejó de ser cliente con la asunción plena de su soberanía individual. Los votos cautivos son cada día menos. Las lecciones del sureste son inevitables.

El triunfalismo ciego es pesadilla con doloroso despertar. Requerimos ampliar el abanico de fuerzas y atraer a nuevos y diversos sectores. Los avances del PRD y del movimiento democrático están vinculados con su apertura a la sociedad, con el respecto a la militancia, a la unidad de acción y de convicciones. La apertura indiscriminada divide.

Una campaña para ganar, requiere mostrar las diferencias desde la campaña amplia, intensa, bella, muy bien planeada; políticamente pura y limpia, en torno a una propuesta de Plan.

Es tiempo de la política. Es tiempo de dialogar, de consultar, de platicar, de debatir. Es tiempo de poner por delante el interés de Guerrero y no de las tribus, los partidos y los grupo.

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