lunes, 24 de mayo de 2010

Construir un movimiento construyendo un partido

El PRD nació como el espacio de encuentro entre las distintas izquierdas que en México venían luchando de tiempo atrás y el ala democratizadora del PRI que encabezaron, entre otros, Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo.
Desde su origen como sucesor del Frente Democrático Nacional, el PRD ha padecido por no poder construir una vida institucional propia más allá de los caudillos. Su mayor fortaleza es su mayor debilidad. El PRD –como el país– es un crisol multicultural, multiétnico y multiideológico. Nuestras diferencias no son defectos sino virtudes. En el PRD han cabido y caben en un extremo los movimientos mas radicales y precaristas, hasta las clases medias de centro. En el PRD hay espacio para los grupos vulnerables para los distintos movimientos de reivindicación regional y sectorial específica. El sueño centralista y estalinista de formar un partido monolítico y homogéneo ni es posible ni es deseable.
Ahora bien, heterogéneo, libre y multifacético no tiene que ser necesariamente sinónimo de anárquico, desorganizado, caótico e ingobernable. El reto es construir un gran Partido-Movimiento que al tiempo que reconoce, impulsa y valora sus diferencias, se pueda organizar eficazmente para la lucha político-electoral.
El Gran Partido Frente, debe de ser un ejercito disciplinado, ordenado, moderno, articulado y ágil. Las tareas de organización no tienen ni deben de estar peleadas con la lucha política. Es el eterno dilema del huevo y la gallina. Por eso hoy los perredistas tenemos la magnífica oportunidad de construir, por primera vez en nuestra historia, un padrón de afiliados confiable, seguro e inviolable. Un padrón de afiliados fiable es condición democrática básica para que de una vez por todas al interior del partido se pueda ejercer plenamente la democracia que tanto se reclama hacia fuera. Dejar de ser candil de la calle y oscuridad de la casa.
Hoy la tarea principal para todos los perredistas de todas las corrientes (“expresiones” nos gusta decirles de manera eufemística) es colaborar y facilitar la construcción del nuevo padrón de afiliados. Desde ya y hasta el último día de octubre, se instalarán diversos módulos de afiliación, operados, para evitar suspicacias, por una empresa privada contratada ex profeso para tal propósito. Necesitamos informar a la militancia y facilitar que ésta cuente con los requisitos para la afiliación. Adicionalmente tenemos que construir una organización a partir de cada una de las secciones electorales. Esto nos ayudará además a no andar armando cada tres años la estructura de promoción y de vigilancia electoral. Necesitamos avanzar en la profesionalización de gran parte de los cuadros del partido (no sólo de las cabezas) para que algunos compañeros se puedan dedicar de tiempo completo a la importante labor de la organización territorial.
La estructura electoral tiene que ser la poderosa red que lleve y traiga la demanda social y la respuesta oficial ahí donde gobernamos y en donde no lo hacemos, que encabece la lucha y la gestión de los compañeros.
Otro aspecto importante que ha sido olvidado es la vinculación del partido con los distintos movimientos sociales. El PRD debe de convertirse, como lo ordenan sus estatutos, en un partido al servicio de la gente. Tiene que ser un partido que se solidarice, encauce y de voz a los distintos movimientos sociales que surgen a lo largo y ancho de la nación. Es inaceptable que por poner un solo ejemplo, el PRD no alce la voz ante las claras violaciones a los Derechos Humanos surgidas a partir de la Guerra contra el Narco. Y no se trata de convertirse en ajonjolí de todos los moles sino en la institución que dé cauce legal a las reivindicaciones de las izquierdas, así de fácil y de sencillo.
El día de hoy, al margen y paralelamente a los procesos electorales que están en curso o por comenzar, los liderazgos, candidatos y precandidatos deben de ser responsables y aprovechar la efervescencia política que se crea alrededor de los comicios para poner de su parte en la enorme tarea de construir un partido sólido, fuerte e institucional que nos sirva a todos de plataforma para la lucha política eficaz y efectiva.
No hacerlo sería desperdiciar nuevamente el movimiento político y seguir dependiendo de fuertes liderazgos temporales que nos llevan alternativamente del gozo al pozo. La única manera de tener un partido y movimiento grande, sólido y que sirva al pueblo de México es construirlo a partir de la diversidad y la pluralidad y no únicamente de la mano de las grandes figuras.

Réquiem por un amigo. El jueves anterior falleció de manera sorpresiva y lamentable el licenciado Guillermo Ramírez Ramos. Memo fue un hombre siempre alegre y sencillo. Durante los años que tuve el honor de ser su compañero de trabajo pude considerarme su amigo. Memo te sorprendía de repente con sus bromas y anécdotas sabrosas y amenas, siempre se salía del protocolo y jamás se creyó la pompa que conlleva al cargo. Sus amigos vamos a extrañar mucho a un gran ser humano que siempre supo diferenciar lo urgente de lo importante. Descanse en paz.

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