martes, 27 de abril de 2010

Escatología Digital

“Hace mucho tiempo aprendí que nunca debes de pelear contra un cerdo: terminas lleno de suciedad y además el cerdo lo disfruta” George Bernard Shaw

En fechas recientes han comenzado ha circular en la red una serie de correos electrónicos atacando al puntero de los aspirantes a la gubernatura de Guerrero por el PRD, Armando Ríos Piter. Los ataques, lejos de espantarnos o amilanarnos, nos fortalecen y nos indican que vamos por la ruta adecuada.
Las contracampañas, la llamada guerra sucia es una técnica utilizada frecuentemente para intentar desprestigiar o generar confusión entre el electorado. Normalmente son intentos desesperados de los contendientes que van abajo para tratar de conseguir atacando al adversario lo que no pueden conseguir por medios legítimos. Prefieren señalar lo malo que es el contrario, antes de señalar lo buenos que son ellos.
Los contendientes de casa y de fuera, se han dedicado a intentar denostar a Ríos Piter sin darse cuenta de que lo único que consiguen es darle mas publicidad. Otro error común de la estrategia política es pasarse el día entero hablando del contrario en lugar de hablar de uno mismo o del proyecto que se desea encabezar.
Muchas voces amigas nos han pedido que contestemos, que no dejemos pasar una mas, que “el que calla otorga”. Desde aquí les agradecemos y les decimos que preferimos mil veces resistir los ataques bajos y viles antes que dignificarlos respondiéndoles. O como decimos en la costa: a chillidos de marrano oídos de carnicero.
Los movimientos sociales se crean de abajo hacia arriba y de izquierda hacia el centro. Nunca desde las cúpulas o desde las paginas de los diarios. Lo que aquí escribimos solo lo leemos entre nosotros. Poco o muy poco se filtra a la sociedad. Por ello el verdadero trabajo de construcción de un movimiento se hace a ras de suelo, recorriendo los seccionales y dialogando con los liderazgos de abajo. Los acuerdos con las organizaciones de membrete y con los lideres con pies de barro son extremadamente inconsistentes y vulnerables a los cañonazos monetarios.
Mal hacen ciertas empresas informativas en prestarse a convalidar las campañas excrementicias de ciertos personajes menores. Lo único que consiguen es revelar el nombre de sus patrocinadores y perder la poca credibilidad con la que de por si contaban.
Otra vertiente en la guerra por la desinformación es la filtración o el anuncio de datos de supuestas encuestas que colocan a determinado candidato por encima de los demás. Una vez mas se trata de engañabobos. No hay duda de que los aspirantes realizan y consultan estudios de opinión eso es cosa de todos los días. Pero ¿a quién pretenden engañar cuando anuncian que van arriba por veinte puntos o que ya vieron una encuesta que los coloca arriba? ¿De veras se lo creen? ¿Creen que la gente es tonta? ¿Y si ese fuera el caso (ir arriba en las encuestas) lo darían a conocer?
En una absoluta incoherencia con la línea de comunicación donde dicen que van arriba en las encuestas, al mismo tiempo filtran que van a hacer una alianza para evitar que Armando Ríos sea el candidato. ¿En qué quedamos pues, no que van arriba en las encuestas? ¿Entonces para qué una alianza?
Adicionalmente, algunos actores políticos, acostumbrados a ganar en la mesa lo que no han podido (ni jamás podrán) ganar en las urnas, pretenden maniobrar (su especialidad) para obtener posiciones que no corresponden a su peso en los comités municipales, en el secretariado y aún en la cámara de diputados. Lo único que han conseguido es que muchos actores lastimados por sus practicas facciosas, cambien de bando dolidos al descubrirse utilizados como monedas de cambio en el ajedrez político de los grupúsculos que controlan y se reparten todo.
La militancia del PRD está harta de mitotes y de usurpaciones. Esta vez no permitirá que desde Chilpancingo le pretendan imponer acuerdos hechos en La Mansión al calor de los finos licores.
La base del PRD y del movimiento de izquierda dará su apoyo a aquel compañero que logre instituirse y ser valorado como un liderazgo efectivo, confiable, claro y honesto. La gran coalición necesita un líder que construya y no uno que destruya. Uno que proponga y no sólo que se oponga. Un líder que esté pensando en la transformación política y democrática de Guerrero y no sólo en la transformación del patrimonio personal.
Los contendientes deben de presentarse desde ahora como opciones de gobierno, con capacidad de interlocución con todos los actores y factores del país. Deben presentarse como hombres de Estado y no como jefes de pandilla. Deben ser capaces de organizar a su alrededor a las mujeres y hombres que serán y construirán la campaña más allá de grupos, tribus, corrientes, cofradías y equipitos.
El próximo gobernador de Guerrero debe de querer, debe de poder y debe de parecer.

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