lunes, 29 de marzo de 2010

Unidad, Proyecto, Candidato

El proceso de selección de los candidatos a la gubernatura de Guerrero ha comenzado inexorablemente y con éste han llegado las acusaciones legales y la guerra sucia.

Construir un proyecto electoral que involucre a la gente pasa necesariamente por el trabajo en conjunto. La política se construye colectivamente a partir de sueños y problemáticas comunes.

Es precisamente en este espacio en el que nos debemos sentar a construir el proyecto que Guerrero necesita. La unidad del PRD es una precondición necesaria. Para construirla, es necesario decir y hacer. La unidad no surge por generación espontánea sino con hechos concretos. Aquellos contendientes cuya única propuesta es la descalificación de sus adversarios, pueden hablar de mucha unidad cuando en realidad apuestan a lo contrario. La unidad se construye hablando bien de los adversarios y haciendo propuestas claras. La unidad se construye recorriendo las secciones y tocando a los liderazgos reales del partido. La unidad se construye volviendo al surco y escuchando a los militantes.

Cuando se logra la unidad el partido queda blindado ante eventuales defecciones de los personajes que pudieran sentirse excluidos o que utilizan las campañas para poder negociar la derrota anticipada. Y en este materia hay muchos compañeros que son expertos en el arte de ganar perdiendo a los que parece no importarles que el partido pierda mientras ellos logren canonjías, amarres y embutes.

Es por ello que la unidad real debe construirse de abajo hacia arriba y no sólo en conclaves para iniciados. La unidad hay que construirla sin escupir hacia el cielo. La militancia está francamente harta de las peleas copulares y del mitote. El movimiento social de izquierda necesita motivos para creer. Necesita saber que sus lideres son reales y que están de su lado. Necesita saber que sus candidatos abrazarán las causas de los más desprotegidos y eso se construye junto con la gente y no al margen de ella.

El proyecto de izquierda para Guerrero tiene que construirse a partir del diagnóstico que haga la gente con sus candidatos. Los que conocen la problemática son los ciudadanos y los que ofrecen la solución son también los ciudadanos. Tendrán que ser también los ciudadanos los que se involucren en la operación de los programas y las obras a realizar. Esta es la única forma de articular un verdadero proyecto social donde gobierno y ciudadanía actúen como un solo organismo y no de manera separada como hasta ahora. La única manera de hacer que el escaso presupuesto rinda es devolviéndoselo a la gente para que ella decida qué hacer con él. Se acabaron los tiempos en que los sabios decidían, desde sus oficinas en Chilpancingo, hacia dónde iban los recursos y quién debía de ejecutarlos. Hoy la nueva democracia exige de presupuestación participativa en asambleas populares.

Guerrero necesita un gobernador que trabaje a ras de tierra. Que tenga el dinamismo y la juventud para extensas jornadas de participación ciudadana. Que rechace las viejas practicas culturales en donde el gobernador es una especie de Tlatoani viejo, ajeno y lejano, inasible, intocable, infalible e inalcanzable. El gobernador del Nuevo PRD debe de ser un joven amable y cercano, accesible, sin telarañas en la mente, que no necesite que le rindan pleitesía y que no crea en los viejos formatos donde la gente se sienta abajo y los funcionarios arriba, en el podium, protegidos por los guaruras y resguardados a la fresca sombra. En el nuevo Guerrero se necesita bajar a nivel de cancha, sentarse a dialogar y discutir con la gente y a convencerla de los programas, a escuchar sus propuestas en mesas redondas donde no haya cabecera ni jerarquías.

Guerrero necesita una revolución cultural donde el gobernante sea el primer mandatario y no el virrey en turno. Guerrero necesita que los secretarios vivan y despachen en la calle con el pueblo. Guerrero necesita un gobierno que preste atención pronta con cercanía y amabilidad. Guerrero requiere menos ruido y más nueces.

Si el PRD logra articular el proceso para construir la unidad, construir el proyecto de gobierno y construir una candidatura unitaria, de izquierda y en acuerdo con los partidos aliados en el DIA y con la sociedad sin partido, estaremos ante una poderosa ola humana que ni el dinero ni la amenaza ni la coacción podrán detener.

Los que se espantan por una supuesta campaña anticipada, son los mismos que descaradamente y hace meses hacen campaña abiertamente. Son meones de agua bendita. Ellos entienden que algo grande se está gestando desde las bases del PRD.

Entienden que si logramos despertar al gigante dormido, difícilmente podrán hacer nada para detenerlo. Intentarán –como les dicta su cacique e ideologo– parar al tigre de chiquito antes de que sea grande y muerda. Decían ufanos que ya tenían medio cuerpo en casa Guerrero y hoy saben que sus sueños son guajiros. Su supuesta unidad también se tambalea. Ninguno cederá y en el camino acabarán enfrentados irremediablemente.

La fuerzas progresistas de Guerrero necesitan transitar hacia la unidad, hacia el proyecto y luego articularse con un candidato común que tenga el perfil que Guerrero necesita. En el Nuevo Guerrero todos cabemos y todos somos necesarios aunque nadie es indispensable.

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