lunes, 22 de junio de 2009

PRImero la tolerancia

El pasado martes 16 en el marco de un debate organizado por grupos cristianos en Petatlán, el abanderado del PRI explicó de manera erudita que “… la homosexualidad es una enfermedad genética que puede ser curada, hasta cierto punto, a través de medios psicológicos…” .

Lo que pudiera parecer un desliz o una opinión personal, es en realidad la confesión y la opinión de todo su instituto político respecto al tema de las sociedades de convivencia. Hasta antes de la declaración del candidato de los de siempre, se creía que únicamente el PAN tenía una posición abiertamente contraria a la institucionalización en derecho de lo que existe en los hechos.

Pregunto, ¿es este el PRI de hoy, el de la experiencia probada y nueva actitud? ¿Cuál es la experiencia de la que hablan, la experiencia y firmeza de Rubén Figueroa en la solución de conflictos campesinos? ¿La eficacia los funcionarios indiciados en el manejo de finanzas públicas? ¿Dónde está la nueva actitud, dónde los nuevos cuadros? Los nuevos cuadros son el producto de la pesca de tránsfugas sin escrúpulos, mercaderes de la política y juniors con aspiraciones delincuenciales.

Siempre tuve la impresión de que la presidenta nacional de PRI, la señorita (dicho esto con todo respeto haciendo alusión a su estado civil) Beatriz Paredes tenía una posición de avanzada en el tema de los homosexuales. Sin embargo esto no es así. Ni el CEN tricolor ni el comité estatal dijeron ni pío respecto a la posición de uno de sus candidatos y como tal, representante del partido entero.

El PRI siempre ha sido el más pragmático y maleable (por no decir voluble y acomodaticio) de los partidos políticos mexicanos. A lo largo de su historia y siempre dependiendo de la coyuntura, ha ido desde posiciones cercanas a la izquierda con Cárdenas, al neoliberalismo ultraortodoxo de Salinas. Sin embargo, jamás se había distinguido por ser un partido con posiciones de ultra derecha como las expresadas por su representante en el tercer distrito federal electoral de Guerrero. Será que para intentar pegarle al PAN ahora se están volviendo más conservadores que los yunquistas.

¿Qué opinarán las asociaciones de homosexuales, lesbianas, bisexuales, transgéneros, etc., acerca de la posición del PRI? ¿Estarán dispuestos a confiarle su voto a un partido que los considera enfermos genéticos?

El PRI nacional deberá pronunciarse con firmeza en un tema como éste. La posición del PRD es muy clara en este tema. La plataforma 2009 dice, respecto a la Diversidad Sexual y Genérica: Promovemos el respeto a la identidad sexo-genérica y el derecho de las personas con orientación sexual e identidades sexo-genéricas alternativas al pleno reconocimiento de esta condición. Dicho reconocimiento implica: Elevar a rango constitucional el derecho a la identidad sexo-genérica; el rediseño de los instrumentos civiles correspondientes para establecer las sociedades de convivencia en todas las entidades federativas; la modificación de los documentos de identidad para las personas con identidades sexo-genéricas diferentes; Buscaremos asimismo, eliminar toda norma tendiente a condenar o discriminar a las personas con base en su orientación sexual; promover la tolerancia a las diferencias y la educación sexual integral en los planes educativos, así como diseñar y poner en práctica campañas de información contra la homofobia.

Insisto, lo que pareciera una posición personal sobre un tema, es en realidad la confesión de un partido que se dice socialdemócrata, que pertenece de hecho a la Internacional Socialista, pero que en el fondo es la asociación anónima donde los de siempre se han reunido como una verdadera Confederación de Intereses Personales. Al PRI no le interesan las posiciones ideológicas ni sociales. El único interés que tiene en cada elección es embaucar al electorado diciendo lo que quiere escuchar y mintiendo para conseguir votos. La estrategia es simple: engañar con mercadotecnia, aliarse con el diablo si es necesario, comprar votos a cambio de despensas y conciencias a cambio de prebendas.

El Nuevo PRI es tan moderno como ya lo era Don Porfirio en el siglo XIX. Su actitud es la misma que tuvieron el 28 de junio de 1995 en el vado de Aguas Blancas. Sus nuevos cuadros son los mismos que en ese entonces ordenaron que se accionaran los gatillos o sus herederos directos. Su responsabilidad es la de las autoridades de Hermosillo. Que nadie se engañe, el PRI de hoy es el mismo de ayer, con la misma experiencia (para torcer la ley) y la misma actitud intolerante, excluyente, violenta y racista en contra de todos los grupos vulnerables.

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