Los Mismos de Siempre

Aunque se vistan de corderos; aunque intenten esconderse detrás del bajito de alto copete y vacío por dentro; aunque oculten el color rojo de la sangre y lo sustituyan por el verde de los advenedizos, son los mismos de siempre. Son los principales responsables de la descomposición nacional y hoy pretenden regresar con el cuento de que ellos sí saben gobernar.

En Nuevo León se ocultan atrás de un muchacho cuyo único mérito es ser el incondicional de Natividad González y estar guapetón. Le llaman el Peña Nieto de monterrey. En Guadalajara ocurre lo mismo: el candidato a la alcaldía es otro joven bien parecido sin merito alguno. El método les ha funcionado: poner jóvenes a los que no se les puede echar en cara el pasado por la sencilla razón de que no lo tienen. Pasó con Ivonne Ortega en Yucatán, con Eugenio Hernández en Tamaulipas, Ismael Hernández en Durango y Humerto Moreira en Coahuila. Es la generación de bebesaurios que siguiendo al “líder” Peña Nieto venden la cara fresca para intentar esconder las décadas de opresión, corrupción, represión y simulación.

En otros lugares, aprovechan la falta de memoria colectiva para revivir a los que ya se habían ido envueltos en la magia de la mercadotecnia previo retoque en el Photoshop. Ex presidentes municipales famosos por hurtar despensas a los damnificados, se convierten en estadistas. Ex directores de sistemas de agua potable que ellos mismos saquearon, venden ahora la idea de que van a traer más agua. Caciques juzgados por la Corte y por la sociedad, impulsan a sus cachorros para que recuperen lo que creen su patrimonio.

El desencanto en una democracia que no ha significado estadios superiores de bienestar, hace que el pueblo olvide con rapidez y devuelva el poder a los que lo usufructuaron durante más de 70 años. Ni Acción Nacional ni el PRD, han sabido demostrar que son diferentes, que los malos son los otros, los mismos de siempre, los que buscan regresar, los que nunca se han ido.

En la Costa Grande de Guerrero, un candidato tricolor, pretende convertirse en diputado federal y tiene la desfachatez de prometer agua, becas y empleos para todos, dice tener experiencia. Lo que no nos dice el ilustre personaje es que su “experiencia” viene del hecho de haber sido tres veces presidente municipal de La Unión. Es decir, que el candidato con experiencia ha sido nueve años alcalde de su pueblo. Pero su pueblo no es la Suiza que pretende vender, su pueblo es uno de los más atrasados de la región sólo detrás de Coahuayutla. En nueve años de ejercicio, el candidato de las becas no fue capaz de pavimentar las calles del primer cuadro de la cabecera municipal. A pesar de tener en su territorio la principal planta de producción hidrotermoeléctrica de la nación, no fue capaz de negociar con la CFE la electrificación de su municipio. Hoy La Unión es tierra de nadie. El narcotráfico campea a sus anchas. Día sí y día no, se escuchan noticias sobre detenciones y ejecuciones en el municipio. Sin embargo el personaje en cuestión pretende que los electores le den su voto argumentando su experiencia y su paisanaje auténtico.

Este es el Nuevo PRI. El que ahora sí va a hacer todo lo que nunca hizo. El que va a resolver el problema del agua con pipas. El que va a resolver el problema del rezago educativo con becas de saliva y subsidios electoreros. Es el PRI de la cooptación y compra del sufragio. Es el PRI que “opera” las elecciones. Es el PRI que va a resolver el tema alimentario repartiendo tortillas en las colonias de Acapulco a todos los que voten o se comprometan a votar por sus candidatos. Que no nos engañen. Son los mismos de siempre intentando aprovecharse de la amnesia colectiva y del hambre del pueblo repartiéndole a éste, migajas de su propio pan.