martes, 1 de marzo de 2011

Un Partido de Gobierno

Ante la anunciada renuncia anticipada (el periodo para el que fueron elegidos fenece en mayo) de varios miembros del Secretariado Estatal del PRD que presuntamente se integrarían al Gobierno del Estado de Guerrero, es necesario que el partido tome algunas definiciones y decisiones.
Es necesario que el PRD intente convertirse en el partido del gobierno, en el partido que desde el gobierno haga que su plataforma política pase de ser letra muerta a ser acción y obra de gobierno. Para esto, es necesario que sin convertirse en un Partido de Estado a imagen y semejanza del PRI, se convierta en un partido de gobierno, como lo son los partidos que ganan las elecciones en las democracias avanzadas.
El Partido debe de acompañar al gobernador, sin ser su subordinado; debe de ser su aliado sin ser sus empleado. Debe de señalar las fallas y debe de criticar pero proponiendo alternativas viables. El remedio y el trapito. El partido debe de estar cerca de la toma de decisiones, debe de ser el principal instrumento para la comunicación de la obra del gobierno.
Las diferentes expresiones deben de alcanzar un acuerdo político que permita un interinato hasta que existan condiciones para realizar un proceso interno inmaculado. La situación del partido a nivel nacional también es una condicionante para el relevo de la dirigencia estatal. Por ello es el momento de la política de alturas. Es momento de que alcancemos un pacto para llegar al Consejo Estatal citado para el 26 de marzo con un acuerdo mínimo que nos permita mandar un mensaje de unidad y fortaleza. El PRD de Guerrero demostró el pasado 30 de enero que cuando va unido es una aplanadora organizacional y electoral. Los problemas llegan cuando somos incapaces de dirimir nuestras diferencias internas.
Otra asignatura pendiente es el llamado a la disciplina interna. De ninguna manera podemos dejar sin castigo a los militantes que públicamente apoyaron a candidatos de otros partidos. No se trata de una noche de cuchillos largos ni de una cacería de brujas. Se trata de que aquellos que jugaron contra su partido reciban una sanción contundente y ejemplar. Si no lo hacemos ahora, dentro de un año aquellos que traicionaron a su partido, estarán dándonos clases de ética política tal como ocurrió con los traidores del 2008.
Los retos para la nueva dirigencia del partido son muy puntuales. En primer lugar es fundamental terminar el proceso de integración del padrón de militantes. Sin un padrón confiable y robusto, estaremos condenados a procesos internos cuestionados y cuestionables. Es necesario también organizar al partido en cada uno de los seccionales del estado. El PRD es un partido que sólo se mantiene organizado durante los procesos electorales y pasando estos, se desarticula. Lo que debemos de hacer es convertir a nuestras estructuras electorales en estructuras de organización social para la gestión.
Debemos de crear comités para las obras y acciones de gobierno. Que la organización territorial se transforme en organización para el gobierno. De una vez por todas, tenemos que ponernos como meta el tener una sede estatal digna y propia. El PRD de Guerrero no puede andar errando en lugares prestados o rentados. Tenemos que dignificar la casa si queremos ser respetados. Lo mismo debe de ocurrir en los 81 comités municipales.
Necesitamos fortalecer y relanzar el Instituto de Formación Política. Es necesario crear y educar cuadros políticos y administrativos. El PRD es un partido que nunca se preparó para gobernar. Ha llegado la hora de hacerlo. Tenemos que fomentar cursos, diplomados y conferencias de exponentes nacionales e internacionales.
Lo más importante para el PRD de Guerrero es ventilar la casa, abrir las ventanas y permitir que entre el aire fresco. Es necesario un cambio generacional. Es necesario que también en el PRD el aparato y las corrientes que llevan lustros usufructuando el registro, permitan que una nueva generación tome las riendas del partido que Guerrero necesita.

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