El pasado fin de semana se realizaron en la Costa Grande de Guerrero una serie de asambleas informativas con la estructura de la Coalición Guerrero nos Une y su abanderado Ángel Aguirre Rivero.
Para los perversos e intrigantes de dentro y de fuera, fue una muestra contundente de la disciplina y lealtad partidaria de los seguidores del ex aspirante Armando Ríos Piter. Los perredistas estamos unidos hacia dentro. Las filas se han cerrado con claridad. No existen confusiones, Ángel nos une.
La conformación de una amplia alianza política y social no es tarea sencilla y no se da por generación espontánea. Somos tres partidos políticos más el importante sector de priistas que se ha sumado al proyecto progresista y la sociedad civil sin filiación partidaria. Existen estilos diferentes, formas de trabajo diferentes, inercias diferentes y filias y fobias diferentes. Sin embargo en estos breves días de convivencia entre grupos, nos hemos ido acomodando sin contratiempos.
La Coalición es una realidad. La unidad también. Si logramos mantener el trabajo ordenado, articulado y disciplinado, la victoria será contundente. Si cada figura y cada actor de los partidos coaligados decide agarrar una responsabilidad concreta aportarán mucho más que viajando como damas de compañía del candidato. La lucha por los lugares del presidium es estéril e improductiva. La capacidad se demuestra trabajando no simulando y menos aún agandallando. La capacidad política se demuestra en las urnas y no en las mesas.
Ángel nos une. Ángel nos ha unido. Lo que parecía impensable hace algunos meses, la convivencia fraternal y solidaria entre los diferentes grupos al interior del PRD es hoy una realidad. Desde este espacio lo advertimos y lo anticipamos: el PRD y la izquierda de Guerrero son generosas y activas y cuando tienen proyecto y liderazgo son imbatibles.
El reto para la Coalición Guerrero nos Une sigue siendo trabajar sin simulaciones y sin protagonismos para articular por un lado una campaña efectiva, atractiva y moderna y por otro un gran ejercito de promotores y movilizadores electorales que piensen en el objetivo común y no en la parcelita propia.
Algunas de las claves que yo entiendo para el funcionamiento de una campaña son la velocidad de reflejos, la flexibilidad estratégica, la comunicación constante y fluida, la concreción en los planteamientos, evitar la reunionitis, la puntualidad, la alegría, la discusión con argumentos y elementos y no con opiniones personales. Evitar tanto análisis y proceder a la acción. Evitar tanto diagnostico y proceder al tratamiento. Cuando se señale un problema aportar al mismo tiempo la solución al mismo. Existe la idea generalizada de que el que tiene más dinero gana las elecciones pero esto no es así necesariamente. Los recursos deben de ser los suficientes pero tienen que emplearse con inteligencia y eficiencia. Dar tiros de precisión y no de escopeta.
El mensaje y la propuesta de campaña serán fundamentales. El candidato que logre “vender” sus ideas con mayor claridad y facilidad será el que penetre más en la población. Hay que tener mucho cuidado en dejarse engañar por los aplausos en los mítines. Por definición la gente que acude a un evento es porque ya está convencida. Es necesario ir por los que no están convencidos.
Otro error común en las campañas en pensar que la dirección de una campaña es o debe de ser un proceso democrático. Si bien es cierto que deben de existir espacios para la discusión horizontal de las ideas, la toma de decisiones es vertical y autoritaria. Las decisiones deben de asumirse y no discutirse. Una campaña es lo más parecido a la milicia. No hay espacio ni tiempo para la duda o para la insubordinación.
En la izquierda vamos todos por Guerrero. Vamos unidos, vamos organizados, vamos sólidos. Por Guerrero vamos todos.
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