lunes, 21 de junio de 2010

La Mafia

El más reciente libro de Andrés Manuel López Obrador, La mafia que se adueñó de México… y el 2012, Grijalbo, 2010, es lectura obligada para todos los políticos y muy recomendable para la ciudadanía en general.
Andrés Manuel es un escritor muy poco estructurado y bastante desordenado. Sin embargo el estilo heterogéneo y desigual, con poca documentación pero mucha información, no demerita en nada a la idea general que se convierte en lectura agradable que uno se echa en “una sentada”.
El libro está organizado en diferentes capítulos en los que Andrés Manuel va tejiendo su hipótesis central: México es dominado y explotado por una casta divina, por una clase privilegiada de treinta familias que controlan al resto del país principalmente a través de la televisión.
En la primera parte, Andrés Manuel disecciona uno por uno a los grandes potentados del país y cómo a su parecer, se han enriquecido gracias a los privilegios que se les otorgan desde el Estado. Llama la atención que es muy comedido y respetuoso con Carlos Slim. El único que se salva del dedo flamígero del político tabasqueño, apasionado y febril, porque como el mismo dice, “un tabasqueño vive en un solo día, las pasiones, amores, odios, alegrías y tristezas que otro ser humano el resto de su vida”.
El libro de Andrés Manuel López Obrador, no es una investigación periodística ni científica. Para llegar a sus conclusiones AMLO recurre lo mismo a la voz de anónimos empleados de los aviones de los magnates que a algunos documentos y entrevistas y a muchos testimoniales. Sin embargo, la falta de rigor académico no le resta valor político. La mayor parte de las acusaciones que hace Andrés son del dominio público y aunque muchas son imposibles de comprobar jurídicamente, son absolutamente ciertas.
A lo largo del libro Andrés Manuel regresa recurrentemente a sus grandes bestias negras: el Fobaproa, Carlos Salinas de Gortari y Roberto Hernández. Narra en dos relatos lo que fue su recorrido por cada uno de los municipios del país, los tradicionales y los que se rigen por los usos y costumbres. Dedica un apartado especial a Oaxaca a la que llama “viaje al centro de México”. Se da espacio para narrar los platillos de aquí y de allá. Transmite su pasión por el café mexicano y su gusto por el Caldo de cuatete de la Costa Guerrerense mejor conocido como “rompecatres”.
López Obrador hace un análisis exhaustivo de cómo, a su parecer, los gobiernos entregados a los dictados de intereses externos y ajenos a los mexicanos han ido depauperizando tanto al Estado Mexicano como a sus habitantes. La parte más novedosa del libro es el análisis que hacia el final hace de la situación política del país. Andrés Manuel afirma que pese al cerco informativo impuesto por las grandes cadenas de comunicación, en el país se gesta silencioso, un proceso de organización popular de abajo hacia arriba. Confía en que el trabajo que se ha realizado a lo largo y ancho de la Republica Mexicana por los comités ciudadanos del Gobierno Legítimo, ayudarán a que el pueblo despierte de su letargo y emprenda una nueva Revolución que salve a México de la Mafia que se adueñó de éste. Compara a eventual regreso del PRI con el del viejo Santa Anna que fue traído por la oligarquía desde su último exilio para intentar poner orden ante el caos imperante en la nación. Los resultados de la historia son conocidos, resumidos magistralmente por Jaime Avilés en su columna Astillero:
En 1853, México estaba en llamas y lo gobernaba Mariano Arista, un pobre diablo, inepto, ignorante y ladrón, que no servía para nada. Angustiados porque veían que el país se desbarataba, conservadores y liberales trajeron de Colombia a Santa Anna, que había sido presidente 10 veces y era, por mucho, el principal culpable del desastre. A su llegada, Lucas Alamán, el ideólogo de la derecha, le ofreció un proyecto de gobierno para favorecer a los ricos, a la burocracia y al ejército, y le aseguró que dominaría al pueblo porque los poderosos controlaban todos los periódicos.
Miguel Lerdo de Tejada, por los liberales, le recomendó lo contrario, esto es, un proyecto en beneficio de los desposeídos y para reconstruir el Estado en ruinas. Como era de esperarse, Santa Anna se inclinó por las ideas de Alamán, a quien tomó como asesor, con tan mala suerte que se le murió a los dos meses de haberlo nombrado, y entonces se quedó solo y se volvió loco. Dictó medidas delirantes, como la del impuesto a las ventanas, hasta que su gobierno se hundió en el caos y entraron al relevo los liberales, encabezados por Benito Juárez, que transformaron al país.
Hoy por hoy, Calderón es Arista, el PRI es Santa Anna y, como en 1850, los ricos controlan de nuevo casi todos los medios de comunicación. Pero en 2012 el pueblo puede volver a votar por Santa Anna o, si se organiza, luchar por un proyecto alternativo, radicalmente distinto, que rescate y transforme a México.
El proximo jueves 24 de junio en puto de las seis de la tarde, Andrés Manuel López Obrador estará presentando su libro en el Hotel Crowne Plaza de Acapulco. La invitación es abierta a la ciudadanía que podrá escuchar los comentarios del autor y de un panel de presentadores. También podrá adquirir el libro que no está siendo vendido ni en Sanborns ni en Vips ni a través de ninguno de los canales tradicionales de distribución editorial, uno prueba más del cerco informativo del que tanto ha hablado el Peje.

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