lunes, 1 de agosto de 2011

Combate a la Pobreza


La semana anterior fue presentado el informe sobre Pobreza en México y en las Entidades Federativas 2008-2010 realizado por el CONEVAL (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social). Los resultados son altamente decepcionantes y deprimentes. En números absolutos el numero de personas pobres aumentó de 48.8 en el 2008 a 52 millones en el 2010. La pobreza extrema pudo ser contenida al mantenerse en 11.7 millones la cifra de mexicanos que sobreviven en esa condición.
La política de desarrollo social, en concreto, el combate a la pobreza en México, cumplió ya veintitrés años si tomamos en cuenta la implementación del Programa Nacional de Solidaridad como fecha de inicio. Sin embargo diversos esfuerzos algunos aislados, otros integrales, se venían haciendo desde años antes.
Con los datos del CONEVAL, podemos afirmar sin ser especialistas en la materia, que la política de desarrollo social de los gobiernos panistas y priistas ha sido un rotundo fracaso. No hay menos pobres sino mas; no mejoran las condiciones de vida de la población sino que empeoran; no crece la clase media sino que disminuye. La desigualdad sigue siendo –y cada vez lo es mas– tremenda. Cada vez son menos los que tienen mucho y muchos los que tienen cada vez menos.
La política de desarrollo social es un fracaso entre otras cosas porque se limita a la entrega (ordenada si se quiere) de subsidios, mientras que se ignoran o no se atienden los aspectos productivos de la economía. Se logra mejorar la salud, aumentar el nivel educativo, pero no se logra una salida productiva para los millones de jóvenes que cada año ingresan al mercado laboral. Hay algunos expertos que señalan que lo único que hemos conseguido como país es una generación de inmigrantes mas preparada, mas sana y mas desarrollada. El problema aumenta cuando nos damos cuenta de la crisis en los Estados Unidos que cada vez cierra más su frontera y ofrece menos empleos. Con esta perspectiva, la única esperanza de muchos jóvenes es convertirse en sicarios del crimen organizado.
Durante años la propaganda oficial nos ha mostrado como hay mas caminos y mas pueblos electrificados y con centros de salud. Esto es correcto en la mayoría de los casos. México ha avanzado en materia de infraestructura e incluso en acceso a la sanidad. En vivienda hay avances notables que se reflejan en la aparición de miles de desarrollos de interés social. Hay un incremento en el crédito al consumo, miles de coches populares nuevos inundan las calles de México. Los abonos chiquitos permiten comprar enseres domésticos. En las ciudades pequeñas y medias abundan los restaurantes de comida rápida y las cadenas de cines y centros comerciales. Parece que México está en la senda correcta. Sin embargo los datos oficiales (los del CONEVAL lo son) nos dicen lo contrario: en México no hay menos pobreza, hay mas.
Desde mi punto de vista la asignatura pendiente es el impulso a las actividades productivas. De nada sirve tener calles, tener luz y tener refrigerador nuevo, si no tenemos recursos para poder comprar alimentos nutritivos. De nada sirve aumentar la escolaridad y la talla de los niños si al final del periodo de preparación escolar el único trabajo que van a encontrar es en la precariedad y con contratos temporales leoninos. De poco sirve tener mayor expectativa al nacer si la vida se encuentra constantemente amenazada ante la violencia y la zozobra criminal.
Los programas sociales subsidiarios son necesarios, diría que fundamentales, principalmente entre el grupo de la llamada Pobreza Extrema que de acuerdo al informe, alcanza la espeluznante cifra de 10.7 millones de compatriotas que viven por debajo de la Línea del Bienestar Mínimo.
Sin embargo, las transferencias presupuestales directas no siempre ayudan a resolver los problemas y pueden en cambio eternizarlos y convertir a los ciudadanos en clientelas: en carne de cañón electoral. A la pobreza hay que combatirla en el frente de lo inmediato y en el frente de lo importante. Hay que dar el pescado y enseñar a pescar. Pero también es necesario invertir en empresas pesqueras.
Después de veinticinco años de esfuerzos contra la pobreza, está claro que los métodos son ineficaces o al menos incompletos. No podemos darnos el lujo de continuar otro cuarto de siglo experimentando sin resultados. El principal problema de México y del que se derivan todos los demás es la insultante pobreza. Si no hacemos algo al respecto, tarde o temprano, la paz social terminará abruptamente. La pobreza es más peligrosa que cualquier cartel u organización criminal. Es imposible pensar en el bienestar de los ricos sin pensar primero en el de los pobres.

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