lunes, 11 de julio de 2011

Política y futbol

Facundo Cabral es de aquí y es de allá. Tiene edad y porvenir. Facundo, el amigo de la libertad se queda en todos los corazones buenos de la humanidad. Gracias por tu música y tu poesía.


Me aterra el dos de julio del 2012. La tarde noche del día de la jornada electoral puede endilgarnos una pesadilla. Sueño que dormidos ocurre un terremoto electoral y al rato nos cae encima un Tsunami rojo.
No se crean que escribiré sobre la rechifla obsequiada a don Felipe Calderón Hinojosa en el estadio Azteca en su aventurera aparición tratando de capitalizar la victoria de los sub diecisiete.
El futbol no todo ni sólo es cuestión de garra. Ojalá que nuestros dirigentes políticos tan dados a explotar los éxitos deportivos se elevaran a lectores de estrategias de los grandes directores técnicos del futbol. Son útiles los clásicos de la política y de la guerra pero los paradigmas de Pep Guardiola y del Potro Gutiérrez son aleccionadores. En política también es imprescindible partir de objetivos, escoger al dirigente del equipo, confiar en la integración del plantel, unir, tener propuesta propia, identidad y espíritu.
La izquierda mexicana de hoy está huérfana de todo aquello que la puede hacer triunfadora. Parece que a los camaradas de los aparatos lo único que les interesa es conservar quizá unos nueve millones de votos para seguir sobreviviendo en y de cargos y representaciones.
El PRI tiene absolutamente claros sus objetivos: recuperar la presidencia y ganar la mayoría absoluta en las legislaturas federales y de paso salir airoso en las elecciones concurrentes. Están trabajando ya con la tesis organizativo-política electoral resumida en todo el tiempo en todo lugar y construyen partido en todas las secciones del país. La orientación les dio buenos resultados en el Estado de México, en Coahuila, en Nayarit y van por Michoacán.
Y nosotros ni siquiera hemos definido los objetivos generales de la contienda y en cuanto al PRD toca, el reporte del compañero Enrique Romero Aquino indica que nuestro partido es inexistente en el 50% del país como se desprende del informe de la campaña de renovación de afiliados. ¿Con tales resultados, podemos aspirar a ganar o por lo menos a evitar ser arrasados? ¿Por qué en el estado de México apenas ganamos menos de 200 casillas y perdimos más de un millón de votos comparando con las elecciones del 2006? Y del PAN mejor no hablar.
¿Queremos ganar la presidencia para la transformación democrática de México? De ser así es urgente una política de alianzas y construcción orgánica, de un frente progresista mucho más allá de esa onerosa y fallida alianza cupular denominada DIA. En nuestro país existe una muy amplia y mayoritaria unidad contra los dos sexenios panistas y los nulos resultados de la alternancia. Los electores no viven de la nostalgia de las derrotas del 1988 y del 2006. Los nuevos electores buscarán opciones y decidirán. Ya tenemos octubre a la vuelta de la esquina y los dirigentes nos ofrecen un menú de sólo dos sopas y nos volvemos a debatir entre el debate de una eventual alianza con el PAN.
Es sumamente urgente empezar ya por el principio. ¿Vamos a jugar para ganar? ¿Queremos ganar? Entonces necesitamos definir el amplio espectro social y político, ideológico y sobre todo el discurso, el mensaje, la propuesta. Hoy a nivel nacional no le decimos nada a los jóvenes, ni a la mujeres y mucho menos a las clases medias, al empresariado, al mundo de la educación ni del conocimiento. El desgaste del ejercicio del gobierno en el DF puede ser muy costoso, corremos el riesgo de perder Michoacán el 13 de noviembre y el 2012 tenemos los desafíos de 15 entidades con elecciones concurrentes entre ellas las de Guerrero.
Y no salimos del escándalo de los debates estériles.
No es cierto que se gana con garra. No es real que la unidad es lo determinante y mucho menos la unidad de Photoshop como en el Estado de México. Unidad sí, en torno a objetivos y con una dirección creativa que no deje espacios en el vació. Sería lógico aprobar una estrategia especial para organizar partido en las 16 entidades donde somos nada o casi y en dónde perdimos el 2006, allí donde los fraudulentos se despacharon con la cuchara grande.
¿Es real el riesgo de un Tsunami rojo? Quién no lo aprecie así enloquecerá el 2 de julio al día siguiente. El PRD requiere de una verdadera reflexión de fondo y quizá de un congreso nacional con delegados realmente elegidos para tales efectos e incluso para designar a su candidato en las mejores condiciones. Y no nos dejemos atrapar en la vieja caracterización del viejo PRI. Enrique Peña Nieto será su candidato y él es la obra deliberada de formación de un cuadro político con imagen de triunfador, joven, carismático, con una red verdaderamente nacional de cuadros y partidarios. Además el PRI ofrecerá opciones y compromisos, demagogia si queremos calificar, pero no será con adjetivos como se ganen las elecciones del 2012.
Me siento sumamente alegre y contento por el campeonato obtenido por la Sub-17. Comparto la felicidad deportiva nacional. ¿Quién se propone unir a México, quién a transformarlo? Nuestro problema principal es de dirección, de gobierno, el mal está en la clase política, en la carencia de un pacto político, de concertación entre los diversos. Pero el campeonato no únicamente es fruto del tesón, del valor, de carácter.
Hoy es el buen tiempo para pensar en lo fundamental. Los resultados del 3-J ocurrieron en buena hora y a tiempo.
¿Y si invitamos al Potro o a Pep Guardiola a una clínica de estrategias?
Ay Facundo: “Llorar por la muerte es faltarle el respeto a la vida” Un amigo se fue pero nos heredó canciones y poesía.

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