lunes, 18 de enero de 2010

Imperialismo Fallido

La tragedia de Haití es la tragedia del mundo. La tragedia de Haití es la comprobación de que el sistema no funciona, de que algo anda mal en el mundo. En casos como estos la fe parece perderse. Uno medita en silencio y le pregunta a dios, ¿por qué? Si hay en el hemisferio algún lugar donde una tragedia natural pudiera multiplicar su nocividad debido a las condiciones preexistentes ese es precisamente Haití.

Haití es un Estado fallido pero es además y mucho más grave, es una sociedad fallida que nunca a lo largo de su historia se ha podido consolidar. La parte occidental de La Española, la isla en la que supuestamente hizo tierra Cristóbal Colón ha sido el terrible laboratorio de lo que el capitalismo salvaje es capaz de crear.

En La Española, existieron los primeros aunque precarios asentamientos europeos en américa. Aquí también, ocurrió el primer brote de viruela en el nuevo mundo que a la postre acabaría reduciendo la población indígena hasta casi desaparecerla.

A partir de 1697, España y Francia, potencias imperialistas de la época, se dividieron el territorio de La Española para zanjar las diferencias que habían tenido hasta entonces a través de la firma del Tratado de Ryswick. A Francia le correspondió el tercio occidental que bautizó como Saint-Domingue.

La porosidad del Estado y la sociedad haitiana, reside en que su tejido social se creó a partir de la esclavitud desde distintos países africanos. En ese esquema de esclavitud e imperialismo, los esclavos eran obligados a trabajar muriendo en un tiempo promedio de diez años al cabo de los cuales simplemente se sustituía a un negro por otro negro. De esa manera, los esclavos tenían orígenes, costumbres e idiomas distintos y no podían comunicarse entre ellos.

Haití no es un país con raíces profundas. Haití es un invento del imperialismo. Por eso ha sido muy complicada la creación de una sociedad civil y del concepto mismo de Estado. Por paradójico que esto suene, los únicos periodos de mediana estabilidad que ha tenido la tercera parte de La Española, han sido las crueles y autoritarias dictaduras encabezadas por la familia Duvalier.

Los Franceses primero y los Estadounidenses después, han utilizado y explotado al pequeño país al que de poco le ha servido haber sido la primera nación de América Latina en conseguir su independencia tras la épica revuelta de los esclavos encabezados por Jean-Jacques Dessalines que al mando de un ejercito de desarrapados pudo vencer al poderoso ejercito napoleónico.

Durante el siglo XX, los gringos ocuparon Haití de 1915 a 1934. Posteriormente se sucedieron cantidad de gobiernos peleles hasta que François 'Papa Doc' Duvalier se hizo con el poder en 1957 y hasta su muerte en 1971 cuando lo sustituyó su hijo Jean-Claude “Baby Doc” Duvalier que gobernó hasta su destitución en 1986. Durante la dictadura de los Duvalier se implantó el terror a través de los escuadrones de la muerte, la guardia personal de los Duvalier los temibles Tonton Macoutes.
Desde la salida de Duvalier, Haití sigue sin poder consolidar un gobierno fuerte. La corrupción pareciera endémica y los millones de dólares que han fluido a lo largo de los años han ido a parar a todos lados excepto sonde se le necesita.

Todas las tragedias naturales son terribles e imponderables, sin embargo, la tragedia de Haití ocurre en el peor sitio posible: un país sin instituciones y sin sociedad civil organizada; sin medios de comunicación ni vías de comunicación; sin partidos fuertes ni contrapesos claros; sin actividades económicas claras ni perspectiva de desarrollarlas. Haití es un país sólo porque así lo dicen sus documentos. Cuando la atención internacional voltee hacia otro lado, cosa que por cierto ocurrirá en unos cuantos días, la verdadera tragedia comenzará.

Pero quizás esta tragedia devastadora sirva como revulsivo para que de las cenizas emerja una nueva nación cuyo principal sustento no sea la cooperación internacional y la caridad de las empresas “socialmente responsables”.

Por lo pronto quedan las tareas de ayudar en lo que se pueda y con lo que se pueda a través de los organismos internacionales como la Cruz Roja, Médicos sin Fronteras y Oxfam, y por otro lado, reforzar las medidas de Protección Civil en cada uno de nuestros lugares, no debemos olvidar que Guerrero se encuentra justo frente al punto donde convergen tres plactas tectónicas gigantes: la del pacífico, la de cocos y la de nazca. México debe estar preparado porque las tragedias llegan cualquier día sin avisar. Y no olvidemos que muchos municipios de Guerrero, tienen niveles de desarrollo similares a los de la nación caribeña.

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