domingo, 23 de noviembre de 2008

Coraje

Chicago.- En la recta final de la larga campaña presidencial estadounidense, los ánimos se calientan en un país que llevaba mucho tiempo alejado de la política.

Nunca una contienda presidencial, había atraído la atención de tanta gente, producto quizás de una sociedad cansada y enojada con la desastrosa administración de George W. Bush que en menos de ocho años, ha llevado a los Estados Unidos –y al mundo– de una posición superavitaria, pacífica y optimista, a las puertas del mismísimo infierno: 1 trillón de dólares de déficit, una guerra sin salida y la autoestima de una nación hecha pedazos.

Barack Obama, un joven abogado de 45 años, está a punto de escribir la historia al convertirse en el primer presidente negro. La meteórica carrera de este personaje, merece un estudio por separado. Baste decir, a manera de antecedente, que hace apenas ocho años, el senador Obama estaba perdiendo por un margen de 2 a 1, el intento por ganar la nominación demócrata a la casa de los representantes ante el experimentado político local Bobby Rush. Parecía que la carrera del entonces senador local de Illinois estaba condenada al ostracismo, pero un tesón inquebrantable hizo que Barack se levantara rápidamente y llegara en 2004 al senado federal.

No es poco lo conseguido por Obama. Se dice fácil, pero si las urnas confirman el martes la tendencia marcada sostenidamente en todas las encuestas, Barack Obama habrá conseguido derrotar a las dos maquinarias políticas más grandes y poderosas de los Estados Unidos: los Clinton y los Conservadores.

Obama ha recaudado la friolera de $640 millones de dólares. Esto significa, de acuerdo con la Comisión Federal de elecciones (FEC), que ha invertido mucho más que el gasto combinado de George Bush y John Kerry en el 2004. De los 640 millones, 280 millones han sido en contribuciones de menos de 200 dólares.

La campaña de Obama ha roto muchos paradigmas. Ha sido una campaña basada en la Internet pero no como entendido esta como una herramienta de páginas electrónicas y correos unidireccionales, sino como la herramienta transversal y horizontal que significan las redes sociales interactivas.

Apenas el miércoles pasado, un infomercial de 30 minutos transmitido en las cadenas más importantes en el horario estelar, fue visto por 33.55 millones de espectadores, con un costo de 3 millones de dólares, de acuerdo a los números de Nielsen Media Research. El comercial desbancó en audiencia a la Final de “American Idol” y al último partido de la serie Mundial de béisbol.

La llamada Ciudad de los Vientos, se prepara para festejar la hazaña de su hijo pródigo. El Parque Grant se encuentra tomado por la policía y el Servicio Secreto, en preparación para una gran concentración que según algunos, podría atraer a más de un millón de participantes.

Los hoteles del centro, comienzan a llenarse de curiosos de los estados vecinos que vienen a Chicago para atestiguar la historia. En las calles se respira un ambiente diferente. En 1996 tuve la oportunidad de acudir a la reelección de Bill Clinton a Washington acompañado de los entonces asambleistas Cuauhtémoc Sandoval y Ramón Sosamontes y vivimos una elección donde la gente parecía no interesarse por lo que iba a ocurrir. Como dicen por ahí, cuando las cosas marchan bien, a la gente no le interesa la política.

La crisis global que aqueja al mundo, necesita de soluciones nuevas y de contratos sociales mundiales nuevos. Buscar las soluciones con los mismos personajes, sería como aferrarse a la definición Einsteniana de la estupidez que dice que ésta, significa hacer lo mismo una y otra vez, esperando resultados diferentes.

Obama ha demostrado ser un hombre que sabe innovar y corregir. Es un hombre que sabe formar equipos y que se deja ayudar. Es un político que ha sabido sumar a sus oponentes y no dejarlos a un lado. Es un político que confía en las nuevas herramientas y que las utiliza a su favor. Es un político que entiende que la política es el arte de sumar a los contrarios, no de avasallarlos o ignorarlos. Obama adora a los medios y los medios adoran a Obama. Es un político que entiende que en los tiempos modernos no se puede hacer política confrontado con los encargados de llevar el mensaje a la gente.

El mundo aún no conoce lo grave ni lo profundo de la crisis mundial que a decir de algunos es al capitalismo lo que para el comunismo significó la caída del muro de Berlín. Los estadounidenses elegirán al próximo presidente de los Estados Unidos pero también elegirán al líder que habrá de llevar al mundo al inicio de una nueva era donde la cooperación y governanza global deben de convertirse en una realidad. Basta ya de privatizar las ganancias y de socializar las perdidas.

Obama es el hombre que necesita el mundo para buscar soluciones novedosas a problemas novedosos. Obama es un hombre joven abierto a las soluciones creativas. Obama es un político que entiende que los políticos deben de ser firmes en los fines pero flexibles en los medios.

Los políticos obcecados y obtusos, que confunden la tenacidad con la terquedad, no tienen cabida en un mundo en constante cambio, que requiere de humildad para reconocer los errores y de coraje para corregirlos.

No hay comentarios: